Espol me enseñó que no puedes confiar en nadie, ni siquiera en tus mejores amigos. Cuack, espero que estés leyendo esto. Te dí mi confianza. Confié en tu palabra, confié en que darías tus clases, pero no. Te volteaste, dejaste de asistir, no preparaste tu material, ni siquiera conseguiste tu pizarra y me tocó reemplazarte durante todo el semestre. Por tu culpa, volteado de a verga, acabo de perder DOS materias (y de la línea general). La palabra irresponsable te queda corta. Espero fervientemente que te atropelle la 121, que los choros carroñen tus pertenencias y que vendan tu cuerpo en el mercado negro de órganos. Atentamente, Steve.