Confieso que perdí mi matrícula en ESPOL, estudiaba en la FICT. Perdí por tercera vez una materia, aunque ya no quería seguir estudiando en esta Universidad, la tomé para cruzarla y hacerme el cambio desde cero a otra carrera en otra universidad, aunque el trámite era bastante tedioso, probablemente era más sencillo que tratar de conseguir otro cupo en un universidad pública. Se que dirán que fue un cupo desperdiciado, pero sin ánimos de excusarme debo decir que cuando tuve que escoger la carrera en el 2014, recién acababa de tener un bebé, aún no terminaba la secundaria y no quería seguir decepcionando a mi madre, así que escogí ING. PETROLEO como ella me indicó. Yo quería algo más relacionado con la política, leyes e historia o Medicina. Pero la nueva vida que abrazaba entre mis brazos no me permitía darme ese gusto, necesitaba algo con pronta salida laboral, buen sueldo y pos no podía echarme los casi 10 años que toma ser medico. Pero ahora han pasado ya casi 7 años, no tengo trabajo, soy ama de casa ( lo cual odio la mayor parte del tiempo), y tuve un segundo nene que ya tiene 2 años. Cada vez siento que mis sueños de convertirme en una profesional están más lejos. Incluso he sido diagnosticada con depresión aguda y ansiedad. No puedo iniciar tratamiento porque cuesta $$. Mi esposo tiene un buen trabajo, pero créanme cuando les digo que todo está caro, dinero se va en mantener solo a los dos niños. A veces caigo en cuadros depresivos terribles, idealizando como sería la vida de los demás aquí sin mi, pensando en la mejor forma de quitarme la vida sin que sea un evento traumático para mis familiares. Trato de alejar esos pensamientos y buscar a Dios, pero bueno, mis psicólogos están en este mundo porque así el lo permitió. Por favor, si tienen desestabilidad emocional, inseguridades, o cualquier duda con respecto a su salud emocional acudan al psicólogo de la U, necesitamos normalizar la asistencia a los psicólogos y cuidar de la salud emocional. Me esfuerzo mucho por mantenerme viva, con ánimos cada día, poder levantarme de mi cama, hallar sentido a la vida me cuesta un millón. No sé permitan llegar hasta este punto, porque parece ser un lugar de cual ya no hay retorno.