Confieso algo que... en este punto del camino decírselo no tendría sentido, pero necesito expresarlo de alguna manera. Aunque el viento y la incertidumbre se lleve mis palabras, y no lleguen a él nunca. Por las últimas frases que me dijiste, tal vez pienses que no tuviste una oportunidad de que te mirara, pero si hubo. Primera lluvia. Llegaste a mi puerta, tan decidido y valiente. Era poco probable pero aquí estabas, tocando a mi puerta para salir a sentir la brisa de la noche y quedar empapados. Tenía en mi ese sentimiento complejo sobre lo que habíamos conversado días antes, y a la vez esa emoción que me acompaña cada vez que compartimos tiempo juntos. En algún punto de la noche intentamos jugar con un balón que se volvía muy pesado jajaja Fue allí, tu cabello deslizándose por tu rostro, tus ojos al descubierto y tu sonrisa... Sonreias tan encantadoramente. Tan bonito que me quedé congelada por un instante, uno muy largo, te veías irreal... Te veías deslumbrante.... Eso fué lo que me aterró después, debía mantener una promesa, yo no podía permitirme verte así. Entonces, encapsulé ese momento, lo guardé como si no hubiera pasado, y ahí quedó, aunque lo he vuelto a recordar. Ahora que han pasado tantas cosas, tantas que desconoces, ya sólo es un recuerdo. Definitivamente te miré, y aunque eso ya no volverá a suceder... Si te extraño.