D es realmente hermosa, ingeniosa, carismática. Y no hace mucho, estaba saliendo con ella. Aunque no llevamos mucho de haber roto, el tiempo que pasamos juntos empieza a sentirse como si nunca hubiera ocurrido. Como si todo hubiera sido un sueño. El día de hoy he vuelto a huir, todavía tengo trabajo que hacer, y casi llega la fecha límite. Hablando de trabajo, la verdadera razón por la que empecé a trabajar es porque una vez más estaba junto a ella. No caía en cuenta de que había olvidado algo tan importante. Quería volverme independiente; alguien fuerte, capaz, digno de toda la confianza que hiciera falta, alguien completamente opuesto a lo que era en ese entonces, a sabiendas que ella me había elegido a mí. La verdadera razón por la que me había estado esforzando tanto por cambiar, era para que ella no se arrepintiera de salir conmigo. Y aunque no quiera admitirlo, no debería sentirme celoso por nada, yo siempre termino dañando todo, nunca soy ni seré suficiente. Muy dentro de mí sigo siendo ese niño incapaz de ofrecer lo que ella desea. Probablemente siga apoyándola y tratando de hacer la mayor cantidad de cosas por ella, tal como lo he hecho hasta ahora, por darme el egoísta lujo de sentirme querido al ver su sonrisa y escuchar su voz mientras me agradece. Pese a que tengo una idea de lo que saldrá de sus labios, sigo esperando a aquel momento en el que ella dijo que nos reuniríamos una vez más terminada la pandemia, aquel momento en el que nos pararíamos a hablar nuevamente sobre el futuro más próximo. Para este momento, no sé ni lo que debería hacer. Se agradece su lectura de este párrafo escrito de un cuantioso número de palabras. En otras palabras, de este "mucho texto" 🕊