Esta confesión fue hecha por un profesor que enseñó en escuelas, colegios y universidades. Estoy jubilado y ejercí la docencia durante muchos años. He conocido a muchos niños, jóvenes y adultos a lo largo de mi vida, pero lo que uno no se olvida es de las experiencias que ha vivido como docente y les quería compartir algunas de esas. Cuando fui profesor de escuela muchos niños pequeños tenían ciertos hábitos, uno de los que me acuerdo es que una niña tenía la mala costumbre de chuparse el dedo cuando teníamos alguna evaluación y parece que lo hacía por hábito o porque necesitaba mantener la boca ocupada con algo, después de tanto hacerlo le dije que no lo hiciera y no me hizo caso hasta que me cansé y le dije que si lo volvía a hacer le iba a morder el dedo, se le quitó el mal hábito de hacerlo. Cuando comencé a dar clases en la universidad habían chicos que tenían diversas costumbres que yo veía en la escuela (sí, adultos con hábitos de niños), algunos también se chupaban el dedo en clases o cuando se dormían, otros gritan al hablar, algunas mujeres se mascaban el cabello, otros se comían las uñas de las manos ?, otros hacían algo más asqueroso que es comerse los mocos ? y podría seguir nombrando otras cosas, pero después se hace muy largo. Lo que quiero dar a conocer es que encontré muy poca diferencia entre los hábitos que tienen los niños con los universitarios, algunos parecen que no han madurado y no se han dado cuenta que ya son adultos.