Conocer a alguien y ver como evoluciona conlleva a resultados felizmente triste.
Salir de una relación muy extraña fue el motivo para tener dudas acerca de quien era y del miedo de sentirte utilizado para olvidar malos momentos.
Siempre fui la persona que era alegre del grupo y que enganchaba a todos con carisma y explosividad, pero por tal evento del pasado perdí poco a poco dichas actitudes. Hace un tiempo atrás estaba realmente conflictivo. Me emparejaban con una persona, luego con otra y luego con más, cuando en realidad lo único que deseaba era tener el espacio para conocerme mejor y desarrollarme mucho más.
Con el paso del tiempo, me fui apegando más a esa persona que era firme y tímida a la vez, una mezcla opuesta de sentimientos que reflejan una explosividad inimaginable, pero la inseguridad mata y hace que niegues lo más evidente del mundo.
Por razones del destino nuestros caminos se separaron y ahora siento que esa amistad que en algún momento llego a ser mucho más o no se sabe pues se desvanece con el pasar de las horas.
Incluso proponer eventualidades no llego a ser suficiente y se llega a sentir que se subestima el significado de la amistad. Es por esto que, he llegado a pensar que es mejor estar solo, no esperas mucho de la soledad. Es tranquila, calmante y te ayuda a analizar mejor tu entorno y el de los demás.
Aunque se siente extraño a veces, estar del otro lado de la soledad y ser, por momentos, el centro de atracción de esa persona que ya sea por amistad, cariño o amor puede generar sentimientos cálidos y extraordinarios pero con el paso del tiempo pueden llegar a desvanecerse.
Buscar se vuelve muy pesado cuando lo haces constantemente, y dejar que te busquen invoca de manera involuntaria a la soledad.
Atentamente:
Mi yo del pasado