Confieso que sigo enamorado de la leñadora, ya es mi sexto semestre y desde el primero, cuando la veo y voy en bici debo apegarme fortísimo al volante para no chocar y sacarme la shusha, por que siento que posee una campo (llamémoslo campo leñador) que me apendeja horrible. Valeria si algún día no puedo luchar contra ese campo y me saco la shusha en frente tuyo, por favor ayúdame y pásame tu whatsapp de paso.