Confieso que tengo todo lo que podría desear en esta vida. No tengo novia, no soy millonario, no tengo vida social típica, ni siquiera tengo el 100% de mi salud o el cuerpo más bello. No tengo ni una de esas cosas y sin embargo jamás he estado más calmado que ahora. Antes me preocupaba morir solo, no hacer mis sueños realidad, adquirir una enfermedad terminal o que yo o alguien amado muriera de repente. Podría perder incluso mi visión, mi audición o mi movilidad, podría perder a las pocas personas que estimo para siempre, sin embargo no me importa. Tuve una vida muy complicada en mis inicios y en base a eso me prometí que sin importar lo que pase nunca me detendría. No tengo por qué hacerlo, porque estoy convencido de que incluso si muriera volvería a nacer al instante en otro lugar, dimensión o lo que sea y no me importa lo que tú, la ciencia o la religión opinen al respecto. No le temo a nada y por eso a pesar de no tener muchas cosas se que puedo conseguirlas por mí mismo. Mujeres, dinero, paz mental, los puedo obtener y no es la gran cosa porque así mismo sé que los puedo perder. A lo largo de mi vida sé que vendrán en altas y en bajas. Las altas ya no me impresionan, las bajas ya no me desmotivan. Reconozco a esos dos estados como algo natural en esta vida, hasta que llegue el día en que me toque ir a la siguiente, y a la siguiente, y a la siguiente, por toda la eternidad, pasándola suave. Ni bien ni mal. Normal. Posdata: No estoy high.