Confieso que me encanta molestar a los profesores/as sobre cualquier cosa. Es tan divertido decirles estupideces y lo más chistoso es cuando te molestan de regreso. A veces les digo: "ya profe, de una mariluna ya está ese cien" u "oiga profe, ¿algún día ha ido a la capilla sixtina? -No. -Yo tampoco pero este dibujo parece el que hizo Miguel Ángel en el techo de la capilla"